sábado, 27 de noviembre de 2010

La Memocracia o cómo vivir sin paraguas


Empezamos fuerte. La democracia concibe una pauta que yo veo utópica: aquella que dicta que los ciudadanos, a través de sus votos, elegirán a su representante para que ejerza su política bajo el mismo color y dulce aroma que los mismos votantes. ¿Existe algo así? ¿Puede alguien representar de una manera mínimamente precisa a un colectivo?

Supongo que seguiremos con el morro torcido cada vez que cada partido (maldito bipartidismo, que parece un SÍ o un NO, un HOLA y un ADIÓS) haga cada cosa, ya que dentro de cada uno de ellos, a pesar de que teóricamente se deban regir por una ideología de "partido", los miembros toman decisiones que acaban en tropiezos, en insultos a la oposición y en evasivas a la prensa. Espera, ¿A esto se le puede llamar Gobierno? Sólo leo amenazas, descalificaciones y sonrisas fáciles ante las cámaras. ¿Quién me controla? ¿Esta panda de memos?


Es tan gracioso ver cómo la bandera continúa ondeando, mientras unos niños se pelean en el Parlamento y pretenden que yo vaya, como adulta, a darle mi voto ¿de confianza? Puedo llegar a pensar que el mismo planteamiento es erróneo...¿deben los políticos regirse por una ideología concreta?¿No deberían velar por el bienestar común anteponiéndolo a cualquier pensamiento? No lo creo, ¿se llamaría esto política si la situación fuera así?¿Acaso el bienestar común no encuentra en las mismas corrientes de pensamiento un obstáculo?

Al fin y al cabo, los patrones los definen los intereses, ¿cuáles? Ahí es donde encontramos las disidencias en los partidos e incluso dentro de ellos. Donde unos dicen sí, otros dicen "tal vez", aunque en incontables ocasiones, ni siquiera estos partidillos encuentran sus propias iniciativas, sino que viven bajo el paraguas internacional, no vaya a ser que se chopen. Empiezo a cansarme de la dependencia de España a todos los niveles, por tener a unos señores que sólo salen en la tele para decirse cosas feas y ganarse el caluroso aplauso de los de su calaña. Empiezo a cansarme de que estemos comparándonos con x países, de decir que nos integramos cada vez mejor en el contorno europeo y que poco a poco nuestra proyección a nivel internacional es la más mejor del mundo.


¿Sabes qué? Que me importa una mierda. La solución no es sacar la basura de vez en cuando, en cada una de las convenciones, hablando de tiempos futuros, de lo que "se va a hacer" a partir de un "ahora" que perdió significado y credibilidad. Parece que en cada una de las cumbres internacionales, visitas y demás fiestukis que se montan los altos cargos, se tomen decisiones trascendentales, como si el estar lejos de su propio país y codeado con gente molongui les haga recapacitar y tener la suficiente sangre fría para adoptar una posición más consecuente, más racional, más positiva. Y a una casi siente un escalofrío cuando lee declaraciones de su máximo representante, le entra un arrebato de pasión y casi se deja llevar dándole un sonoro beso a la portada del periódico. Pero la tomadura de pelo es importante y una ya tiene preparada la cara de escéptica para este tipo de situaciones. " Sí, hijo sí, como siempre" me digo, con el porte de una abuela experimentada que ya predice el futuro, mientras paso de página.

Al final, siempre se acaba vomitando la democracia, como si fuera el mayor de los logros, como si todo fuera una mierda, pero oye, que al menos tenemos una democracia. ¿Ah, sí? ¿Desde cuándo, señores? Porque lo único que yo veo por aquí es, en todo caso, una auténtica Memocracia, donde vamos todos con una sonrisita a contemplar a nuestros políticos favoritos decir que va a paliar el terrorismo, que no se puede seguir así, que España es una gran nación que debe velar por las garantías y derechos de los ciudadanos, no a la guerra, no al racismo... Y son estos mismos los que acaban abucheándose como pequeños salvajes en el Parlamento. Y luego dicen que soy yo la mema.

Dimito, ¿dónde tengo que firmar?

2 comentarios:

  1. Vaya, parece que la jornada de reflexión ha dado de sí, ya somos dos las que hoy abrimos con la "memocracia".
    No pases de ellos, que no te importen una mierda porque —y ahora me quito el vestido de representante de una agrupación de jóvenes políticos y me convierto en Políticament Incorrecta— eso es lo que ellos quieren, lo que les interesa. Si pasas de ellos les das todas las fuerzas que ellos necesitan para hacer lo que les salga de los cojones.
    No podemos permitirnos el lujo de convertirnos en cadáveres de la democracia, sobre todo nosotras, que somos, nos guste o no, el futuro de la opinión pública de esta basura de país.

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  2. Coincido plenamente con tu reflexión, mi inestimable amiga Pilar, porque es algo que también he pensado. Es más cómodo dejarnos mentalmente inactivos y gobernar. Hoy mismo, esta mañana he pensado en otra entrada, que también va bastante enlaza con tu comentario. Me alegra que me lea usted, señorita, y todavía más que compartamos puntos de vista.

    Voy a ver si me pongo tonta y recupero la inspiración matutina, a ver qué sale.

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