viernes, 3 de diciembre de 2010

Lo que El Mundo dice de Wikileaks

Después de un sobrecogedor "hasta el lunes, si dios quiere" de Matías Prats, del que todavía me estoy recomponiendo, he acudido rauda y veloz para plasmar las inquietudes que me han asaltado al leerme hoy, por voluntad propia, varios retales de El Mundo.

Yo que me proponía hacer una ardua tarea periodística (más bien NO) poniendo por aquí los enlaces de la versión digital del periódico que me he dignado a leer, encuentro que la parálisis de la actividad aérea y Don Wikileaks han colapsado todo incidente relevante con Marruecos, para mostraros que estoy de acuerdo con el editorial de hoy. Pero bueno, a simple vista no he encontrado el artículo que buscaba en la versión digital y eso que El Mundo soltaba dos bombas tras un editorial con sed de sangre. 

Esto es un ultraje, mira qué mal voy a quedar ahora.  

Sopa de Ganso
Al menos, nuestra sección de A diestra y siniestra cuyo nombre rinde total homenaje a su contenido, incisivo y catastrófico, nos ha dejado claro qué opinaba sobre los nuevos secretos a voces pregonados por Wikileaks. Encuentro, en este periódico y eso que he ido guiada por la morbosidad pura y dura, varias reflexiones e interpretaciones distintas al trabajito de Assange.

Para empezar, y de pleno, tras obviar la Tinta rápida con la que la mayoría de veces no estoy de acuerdo, he pasado al trocito de David Torres (os dejaría el fragmento pero el estupendo servicio de Orbyt de pago no permite que pueda difundirlo, lo cual es una pena, porque de lo que voy a hablar hoy es contenido altamente recomendable que, como buena tía loca, me he decidido a recortar de la versión impresa y almacenar) que hacía una comparación bastante sibilina de la situación del destape político por Wikileaks con la película Sopa de Ganso. Es curioso y a la vez más que inquietante que confiese que he esbozado un par de sonrisas al leerlo, recordando las absurdas escenas de lo que es una jugosa crítica a la política. Quien no haya visto esa película, ya está tardando. Quien la haya visto ya sabe por dónde van los tiros. Torres se dedica a establecer, de manera breve, ciertos paralelismos que podrían encajar tanto con el tema de Wikileaks como antes. Sin embargo, me ha parecido ciertamente ocurrente, e incluso, entretenida.

Tras un asentimiento de cabeza provocado por el editorial (increíble pero cierto) sobre el misterio de Rabat y la evasión de tomar cartas en el asunto por parte de España, he acabado en la Tribuna, sorprendida por una imagen de un tigre manteniendo el equilibrio sobre un ojo. Tras hacer un gesto de interés, he leído el artículo titulado La dictadura de la transparencia que trataba, de nuevo sobre el poder de Wikileaks y las repercusiones provocadas por la información. Un aplauso, señores, para  Elisabeth Roudinesco porque ha sido la primera vez que he leído algo que no apoye directamente al entorno de Assange, sin que sean meros escupitajos. Por un lado, el contenido ha despertado cierto desdén, por el otro curiosidad, lo que al final ha cuajado en cierto admiración. Como tampoco os puedo dejar aquí el artículo, tendréis que fiaros de mi criterio. 

La autora no recalcaba lo que, otros, como es el caso de Sopa de Ganso, han hecho durante estos días, que es la puesta en evidencia de una diplomacia con grietas, de la democracia teatral, que leí el otro día en Público (por Escolar). Roudinesco hacía hincapié en la importancia que se esconde detrás de este tumulto, la concepción de "transparencia" y lo rápido que se han vuelto las tornas contra Assange. Así es, los abanderados de la transparencia y de la ventana que no el espejo, se encuentran entre ellos mismos ante la incertidumbre y el rechazo de sus compañeros. Algunos le han recriminado al mismo Assange que se pusiera en contacto con los grandes periódicos (The Spiegel, El País, Le Monde, entre otros) y que le suministrara la información. Lo que, por un lado, da bastante que pensar, si son los mismos periódicos que suelen tener la voz institucional los que ahora se encargan de diseminar toda esta información siniestra, por decirlo de alguna manera.


 Sin embargo, El País bendice cada mañana a Assange y le reza un padre nuestro para que no lo cacen, mientras El Mundo enfoca la noticia de su detención como algo inminente. No puedo evitar interpretar esto como un recelo por no tener la información suculenta que  sustenta el panorama actual. Volviendo a Roudinesco, el artículo refleja sobre todo la parte negativa, el hecho de cómo se han sustraído estos datos y como se replantea el sistema de privacidad y transparencia que debería estar controlado y regulado por el Gobierno (¿para la seguridad nacional? lo dejo en el aire). Así es como Elisabeth nos presenta lo que, retomando el trato de Escolar del teatro democrático, sería el backstage del escenario. ¿Qué provoca este tipo de informaciones? ¿Que no toda información proporciona cierta perspectiva? De este modo la autora señala directamente la propagación de unas concepciones delitos conspiratorios, el dominio del imperio del crimen y de la corrupción: pura anarquía.  Si bien no hay que caer en una cosa y en otra, no hay que darle las gracias a Assange por habernos "abierto los ojos" sobre cuestiones que ya se veían venir, tampoco se puede concluir que los artículos de Wikileaks no han contribuido a hacer temblar a más de uno de los titanes que vagan por la Tierra. Pero aquí os dejo la otra lectura de una autora que ha conseguido despertar un debate interno en mí, y ha hecho que me recoloque las lentes, porque siempre existe la otra cara de la moneda, tal vez más oxidada, oculta en las sombras. Pero al fin y al cabo, sigue perteneciendo a la misma moneda, siendo su mitad, completando su existencia. 

Por último mencionar la gran aportación a El Mundo de Sostres, que ya ha decidido partir de que los informes de Wikileaks no muestran nada que no estuviera sabido y carga, con especial sorna, contra Garzón. Y yo también opino que tampoco han dicho verdades absolutas, pero al menos ponen por escrito, dan pruebas sobre lo que nos hemos estado imaginando durante años. Y en esta sociedad burocrática, sin esas mismas pruebas del delito que conserva las propias instituciones made in Burocracy, no se puede arremeter contra nadie. Al menos ahora, tenemos lo que nos pedían. Tenemos documento, pruebas e indicios que se han llenado de polvo ante la tranquilidad de unos gobiernos que se encargaban de mantenerlos en las sombras.  No caigamos en la especulación global que nos quieren a todos muertos, vale, pero tampoco nos quedemos de brazos cruzados relamiéndonos al ver la zanahoria.

1 comentario:

  1. Lo que no entiendo yo es por qué tienen que cargar contra Garzón siempre, si ya lo han exiliado, no sé qué más quieren. Si pudiesen, lo apedrearían hasta la muerte...

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